La primera revolución industrial surgió de la invención de la máquina
de vapor y la sistematización del trabajo fabril.
Poco después llegó la producción en cadena, abanderada
por la industria automovilística norteamericana a través de Henry Ford.
La tercera oleada, mucho más cerca, vino (y aún viene)
con la adopción de las TIC y el fenómeno de la globalización.
El término industria 4.0 fue acuñado por el gobierno alemán para describir la fabrica inteligente, una visión de la fabricación informatizada con todos los procesos interconectados por Internet de las cosas. Es lo que conocemos como
Internet industrial de las cosas, I2OT. Se espera que el nuevo concepto de
industria 4.0 sea capaz de impulsar cambios fundamentales al mismo nivel de la
primera revolución industrial a vapor, la producción en masa de la segunda y
la electrónica y la proliferación de la tecnología de la información ha
caracterizado la tercera.
Según Mark Watson,
director asociado para la automatización industrial de IHS, “El desafío para la
cuarta revolución industrial es el desarrollo de software y sistemas de
análisis que convierten el diluvio de datos producidos por las fábricas
inteligentes en información útil y valiosa.”
Hoy, la tecnología
permite ya hacer más eficiente la cadena productiva, simular virtualmente la
fabricación de un producto, prevenir y reparar averías en remoto, y
flexibilizar la producción, todo ello sin disparar los costes operativos. La
robótica, la sensórica y los sistemas ciberfísicos están mejorando día a día
los resultados de la industria. Pero quedan grandes áreas de mejora que sólo
pueden ser rentables mediante la innovación tecnológica y el cambio de modelo
industrial.
La industria 4.0 empleará
esos nuevos recursos tecnológicos para reducir costes, mejorar los tiempos, y
conseguir mejorar la eficacia y la eficiencia en toda la cadena de valor.
¿LA INDUSTRIA 4.0 UN CONCEPTO IMPORTANTE?
La industria 4.0 supone
un cambio de mentalidad importante hacia la industria 4.0
Eso de que las empresas
puramente industriales estaban al margen de todo lo que supone la digitalización
y los sistemas de información se acabó.
Los dueños y CEO de
estas empresas, no importa el tamaño de estas, que subestimen el fenómeno se
encontraran con situaciones desagradables. No porque les esperé un panorama
similar que a las industrias de los medios de comunicación, la música, las
editoriales, el transporte o la logística.
Si no porque la
industria 4.0 supondrá una fuente de competitividad para las industrias
occidentales con: costes de mano de obra, costes de energía y niveles de
compromiso social, mucho más elevados que sus homólogos de los países
emergentes.
Lo que ofrece la
industria 4.0 a través de la digitalización y el uso de plataformas conectadas
es:
- Una capacidad de adaptación constante a la demanda
- Servir al cliente de una forma más personalizada
- Aportar un servicio post venta uno a uno con el cliente
- Diseñar, producir y vender productos en menos tiempo
- Añadir servicios a los productos físicos
- Crear series de producción más cortas y rentables
- Aprovechar la información para su análisis desde múltiples canales (CMS, SCM, CRM, FCM, HRM, Help desk, redes sociales, IoT) donde ser capaces de analizarla y explotarla en tiempo real.
CONCLUSIONES:
Si estás pensando que el
futuro inmediato la industria 4.0 supondrá una factoría totalmente
auto-dirigida y gestionado por robots creo que te equivocas.
Seguramente veremos cómo
determinadas tareas y procesos serán copados por la robótica e incluso por
drones dirigidos por humanos en la distancia.
Pero a corto y medio
plazo no veremos un futuro a lo “yo robot”.
Lo que si verás será una
profunda transformación de los entornos de trabajo y la forma de relacionarse
en las fábricas, siempre en aras de la productividad y un mejor trato al
cliente.